La nave rusa Soyuz TMA-9 despegó desde el cosmódromo kazajo de Baikonur, en Asia Central llevando a la EEI a la primera turista espacial de la historia, la multimillonaria estadounidense de origen iraní Anousha Ansari, de 40 años, que ha pagado poco más de 20 millones de dólares por el periplo.
La multimillonaria estadounidense de origen iraní Anousha Ansari se convierte en la primera mujer que ingresa en el exclusivo club de los turistas espaciales.
Durante su permanencia de diez días en el espacio, Ansari, de 40 años, realizará dos experimentos de la Agencia Espacial Europea y un tercero del consorcio aeroespacial ruso Energía.
En compañía del cosmonauta ruso Mijail Tiurin y el estadounidense de origen español Michael López-Alegría, Ansari vuela ya hacia a la EEI a bordo de la nave Soyuz TMA-9.
"Una encantadora sonrisa femenina se adueñó hoy del turismo espacial", comentó la televisión estatal rusa, que por primera vez transmitió por primera vez en directo el lanzamiento de una nave tripulada.
Nueve minutos después del despegue, la Soyuz TMA-9 se separó del cohete portador y se ubicó en una órbita elíptica transitoria de 242 kilómetros de apogeo (altura máxima) y 200 kilómetros de perigeo (distancia mínima).
Esta es una de las fases del vuelo que pudo causar más molestias a los tres tripulantes, incluso a López-Alegría y Tiurin, que aunque ya han efectuado viajes espaciales en los transbordadores estadounidenses, ésta es la primera vez que viajan en las naves Soyuz.
Una vez concluida la fase de separación del cohete portador, la Soyuz TMA-9 con sus tripulantes a bordo comenzó su vuelo autónomo hacia la EEI, a la que se acoplará el próximo miércoles 20 de septiembre.
Los otros dos tripulantes de la Soyuz TMA-9, Tiurin y López-Alegría, relevarán a dos miembros de la actual tripulación de la EEI, el ruso Pavel Vinográdov y el estadounidense Jeffrey Williams, quienes regresarán a la Tierra junto con Ansari en la Soyuz TMA-8, actualmente adosada a la plataforma orbital
A partir de la primera vuelta en torno a la Tierra, Ansari, Tiurin y López-Alegría pudieron quitarse las escafandras, lo que les permitirá adaptarse mejor a las condiciones de ingravidez
Según Lindin, los médicos recomendaron a Ansari moverse lo menos posible, evitar los movimientos bruscos de la cabeza y sobre todo, los esfuerzos físicos durante el viaje.
El viaje de Ansari supone una prueba de fuego para la promoción del turismo espacial, uno de los nuevos sectores en desarrollo relacionados con la exploración del cosmos.